lunes, 19 de julio de 2010

De pequeña no era asi pero con el paso de los años, algo cambió


De pequeña no era así.
Siempre fui una niña risueña, inquieta, alegre, un poco …digamos traviesa o en otras palabras, un culo inquieto. Resumiendo, un coñazo de niña, pero siempre hacia las delicias de mi “público”.

Con el paso de los años, algo cambió.

Mis ocurrencias ya no eran tan divertidas, las gracias no siempre eran reídas y poco a poco, el público se fue disolviendo.
No obstante, seguí activa, incorporándome a todo tipo de proyectos musicales y deportivos, creyendo “ a ciegas “ que aquello estaba hecho para mi, que es lo que quería ser.

Con el paso de los años, algo cambió.

A la primera dificultad y después de las “duras” criticas de “adultos semidioses” iba abandonando uno tras otro gran proyecto.
Y esto ayudo a que la niña alegre y risueña se buscara un fiel amigo, pero de los de verdad, de los amigos para toda la vida, el silencio.
Congeniamos muy pronto, y hasta ahora, hemos sido inseparables.

Con el paso de los años, algo cambió.

La adolescencia me invitaba a conocer a la “sociedad”, al mundo exterior. Poco a poco, y no sin malas experiencias, fui abandonando a mi fiel amigo y mucho peor, olvidándome de que siempre estaría ahí.
Pero hubo un olvido peor. De pequeños ( y de no tan pequeños ) siempre preguntan ¿qué quieres ser de mayor?, ¿qué quieres ser en la vida? y muchos tienen su respuesta clara: arquitecto, médico, maestro, mecánico, abogado, pintor, trapecista, afinador de ukeleles… y asi podemos llegar al infinito.

Pero a mi se me olvidó contestar a esa “simple” pregunta y lamentablemente, con el paso de los años, esta vez no cambió nada.

Abordando el último año de carrera, quizá no sea el mejor momento para hacer esta reflexión. Pero nunca tuve claro qué hacer en la vida, aunque fue una ayuda saber qué no quería ser ( ver dos párrafos más arriba).
Acabaré la carrera, pero seguiré sin saber qué quiero ser y qué no, a dónde ir y a dónde no, con quién y con quién no.
Debo encontrar mi lugar aquí, y he de recurrir a mi fiel amigo y consejero, sólo el me puede ayudar.

Nos quedan unos meses por delante, y todo un verano para decidir qué, dónde y con quién.
¿Volverá la niña alegre o se quedará para siempre lo que soy hoy en día?
Espero saberlo pronto.
Hasta entonces, un saludo!